Una de las primeras escritoras de ciencia ficción de habla hispana, la española Ángeles Vicente nos cuenta la historia de un joven y sus amigos quienes son conducidos a un lugar donde un científico experimenta con liberar el espíritu del hombre, transfiriéndolo a un cuerpo que pueda volar.
En el comentario hablamos de la autora, y presentamos la entrevista con la co-editora de la antología de ciencia ficción, Cosmos Latinos, la Dra. Andrea Bell.
Este episodio fue producido con el apoyo de PRX y el programa de creadores de Google Podcasts.
Primero
“Las extrañas narraciones de Ángeles Vicente”
Por Leo Quiron
El hambre me acosaba y logré conseguir trabajo en un periódico local como reportero de notas de farándula. Me fastidiaba lidiar no sólo con la presión de mi jefe, porque mis notas no eran lo que ella esperaba, sino también conmigo por no poder renunciar a un trabajo que no me interesaba.
En ese periódico conocí a una mujer que me recomendó leer a Ángeles Vicente. Cierto día en la cafetería leímos un cuento llamado “Buitres” el cual me gustó, pero no indagué más sobre el tema.
La mujer leía con frecuencia historias fantásticas y feministas. Recuerdo que un día llegó con el libro “Sombras. Cuentos Psíquicos” de Ángeles Vicente. Me pidió el favor de guardarlo en mi mochila, nunca lo reclamó. Poco después, renuncié a mi molesto trabajo, no me despedí, olvidé a la mujer y también al libro.
Meses después, encontré trabajo en otro periódico. Debía escribir una nota cultural para el siguiente día, el tema lo podía escoger yo, pero no se me ocurría nada. Con todos mis acreedores acosándome era difícil concentrarme. Mirando al vacío en mi sala, buscando inspiración, reencontré el libro “Sombras”, aquel que había guardado en mi mochila a solicitud de la mujer de mi anterior trabajo. Ahora hacía parte de una montaña de libros que servían de mesa. Lo limpié un poco y comencé a leerlo con desdén: “Sola en mi habitación, hasta donde llegan los últimos rumores de la noche, estoy enferma y triste pensando en amargas y lúgubres quimeras, y haciendo el análisis de mi vida, queriendo descifrar el enigma de mis pensamientos…”.
No pude parar de leer hasta terminar el libro. En la madrugada, volví frente a la pantalla e intenté escribir, fue inútil. Mi cabeza no paraba de pensar así que forcé el sueño.
Primero soñé con una mujer. Con frecuencia mis sueños están plagados de imágenes que pasan de una escena a otra, sin un rostro o sonido claro, pero esta vez fue diferente. La primera escena ocurría en un viejo hospital psiquiátrico, allí la mujer me hablaba acerca de un espíritu que la atormentaba. El espectro la quería obligar a utilizar sus poderes de hipnosis para hacer daño a otra persona:
“¡Ayúdame a salir de aquí!” Gritaba la mujer.
Vi su cara de angustia, pánico porque nadie le creía y estaba atrapada. Le grité que aceptara ante sus médicos que el insomnio le había causado una locura temporal y así pudiera salir de allí.
El escenario cambió.
Era una especie de quirófano. Hacían una cirugía en el cráneo de un hombre. El paciente estaba despierto, parecía que su voluntad estaba enajenada por un poder que no le permitía luchar. Mi corazón latía rápido, mi respiración agitada, todo mi cuerpo se tensionó. Yo seguía en la fila de operaciones. No podía moverme. “En buitres los voy a convertir”. Murmuraba el cirujano.
Yo seguía estupefacto. ¡No quiero ser un buitre! Grité sin lograr abrir mis ojos.
Luego una mujer me cogió del brazo, me haló y corrimos fuera de aquel siniestro quirófano. Soy Ángeles me dijo, estas en medio de historias que aún no entiendes. Corría intentando ver su cara, la pude ver. Nos detuvimos y le pregunté: ¿Qué paso después de 1920? ¿A dónde fuiste?...
“Fui en busca de más historias”. Contestó la mujer. “Experimentamos con ciencias ocultas, intentábamos reencarnar a libre voluntad, pero algunas cosas fallaron y entré al portal equivocado”.
¿Qué falló Ángeles? Pregunté...
“No lo entenderías”. Contestó sonriendo y me empujo.
Caí en un vórtice, sentí vacío y pánico.
Desperté gritando y sudoroso.
Con el corazón aún acelerado, me senté ante la pantalla a escribir la nota cultural. El tema fue: Ángeles Vicente y sus extrañas narraciones. Luego escribí esta historia para no dejar en el olvido mi sueño con Ángeles.
Bienvenida
¡Hola! Queridas y queridos oyentes de Tres Cuentos, el podcast bilingüe dedicado a las narrativas literarias, históricas y tradicionales de Latino América. Soy Carolina Quiroga-Stultz, y hoy tenemos un programa especial dedicado a una escritora de ciencia ficción, la española Ángeles Vicente.
La historia que sirvió como introducción al episodio de hoy fue escrita y leída por Leo Quiron.
*
En mi búsqueda por encontrar las historias para la próxima temporada de fantasía, leí varias antologías, y hoy en día, no recuerdo cuál me llevó a Ángeles Vicente. Una mujer que a principios de 1900 escribía ciencia ficción. Mi falta de buena memoria casi parece un presagio que anuncia que la vida de Vicente fue un rompecabezas incompleto.
Lo cierto es que, tras volver sobre mis pasos, no he encontrado en los índices de los libros que leí -o quizás extravié el libro-, el nombre de Ángeles Vicente. Es como si ella hubiera aparecido en un sueño y susurrado su nombre. Lo siguiente que recuerdo es haber hecho una búsqueda en internet, y encontrar su libro "Buitres" publicado en 1908, y haberme sumergido en su mundo.
Pero continuemos, el episodio de hoy está cargado de buen e intrigante drama. En los comentarios les compartiré las últimas noticias sobre nuestro programa, que en cierto modo está pasando por una transformación similar al cuento de hoy. Por último, tenemos una entrevista con una de las editoras del libro Cosmos Latinos, la Doctora Andrea Bell.
Así que, sin más preámbulos, permítanme abrir la puerta a la madriguera del conejo que es la literatura de Ángeles Vicente. Sin embargo, me temo que no hay píldoras mágicas o amigos al otro lado del espejo. A diferencia de "Alicia en el país de las maravillas", el mundo de Vicente es uno del que quizás no regreses siendo el mismo o la misma. Al menos sabemos que Ángeles Vicente, no volvió.
Un joven y sus amigos son conducidos a un lugar donde un científico loco está decidido a liberar el espíritu del hombre transfiriéndolo a un cuerpo que pueda volar.
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LOS BUITRES
Ángeles Vicente
Leído y adaptado por Carolina Quiroga
Le seguimos en silencio, cogidos de la mano, y penetrarnos en un cuartucho vacío, con las paredes desconchadas y grandes ventanas sin vidrios ni maderas.
Despuntaba el alba.
Una vez dentro, el Doctor, que nos guiaba, se volvió hacia nosotros y dijo:
- Comprendo que esta peregrinación al través del sueño os aterrorice. El poder escudriñar todo aquello que piensan los hombres de bueno y de malo, el poder prever lo que urdirán mañana en defensa de sus ideas o de sus preocupaciones, tiene algo de espantosamente extraordinario.
- ¿Y dónde estamos? -pregunté intranquilo.
-Os lo explicaré. ¿Pero tembláis? ¿Sentís frío? ¿Tenéis miedo?
En efecto, temblábamos, dando diente con diente, y en la cara de mis compañeros se reflejaba el mismo temor, la misma inquietud que yo sentía.
- ¿Dónde estamos? -insistí.
-Pronto lo sabréis, pero ante todo quiero demostraros que soy superior a los demás hombres, quiero enseñaros lo que sois y lo que deberíais ser. Figuraos que con mi descubrimiento, podremos ver al través de los muros, podremos penetrar lo impenetrable. Yo hago lo que quiero con la materia: he descubierto la fuerza superior que todo lo gobierna, por una ley de transformaciones y evoluciones. Sobre mí, ya no hay nada, no ignoro nada.
Por un momento creí que el Doctor estaba loco. Mis compañeros callaban y se miraban asombrados.
Un miedo supersticioso se apoderaba de nosotros al vernos aislados ante aquel hombre extravagante, en aquella casa, lejos de poblado, sólo frecuentada de innumerables buitres, que entraban y salían por las ventanas.
-¿Me comprendéis? ¿Os dais cuenta de la importancia de mi descubrimiento? - continuó el Doctor. - Ni más ladrones, ni más asesinos, ni más castigos. Las enfermedades serán eliminadas, porque se conocerá su causa, y evitada la causa no existirán los efectos. Las anormalidades psicológicas y nerviosas se verán disciplinadas, de manera que tendremos un aumento- notable de buen sentido y de perfección. ¿Os parece poco?
Pensé, evidentemente, el Doctor padece una monomanía. Hace quince días que me persigue con el cuento y con la pertinaz ostentación de su descubrimiento maravilloso. ¡Si eso fuera posible! Es cierto que...
El sonido interrumpió mis pensamientos. El doctor abrió una puerta casi escondida en el muro, y con el tono más inocente del mundo, nos dijo:
-Entrad...
Obedecimos, y nos encontramos en un pasadizo, lóbrego y húmedo. Animales raros y hediondos dormitaban en jaulas que cubrían las paredes.
Un olor desagradable de algo selvático nos obligó a contraer la cara con repugnancia.
-Adelante...- insinuó el Doctor hipócritamente, y abriendo otra puerta nos introdujo en una especie de laboratorio, lleno de aparatos e instrumentos extraños. Alineados en perfecto orden, a lo largo de los muros, se destacaban numerosos frascos de vidrio que contenían, conservados en alcohol, abortos misteriosos, de todas formas y dimensiones, violáceos, amarillos, blancos...
-Ahora oídme. -continuó después de cerrar satisfecho la puerta - El cerebro del hombre es el mayor, el más terrible foco de infección de la misma humanidad. El cerebro de la bestia, con relación al sistema cerebral humano, ofrece la ventaja de que aunque piense no traduce en actos filosóficos sus pensamientos. En cambio, el hombre tiene necesidad de esta transformación de su fuerza activa en fuerza expansiva... Entonces... ¿Comprendéis?
Y diciendo esto, el doctor clavaba en mí sus ojillos grises, metálicos, como si quisiera leer en mi interior todo cuanto yo pudiese pensar de él, de su descubrimiento, de su casa, de sus bichos, de sus abortos y de sus ideas. Parecía mirarnos con lastima y con desprecio al mismo tiempo. Sus palabras me producían una impresión extraordinaria. De pronto me preguntó:
- ¿En qué piensas?
-En.… nada...
-Dilo con franqueza.
-Pero… No sé... Estoy atontado… Pensaba...
Se sonrió. Comprendí que se burlaba de mí, pero no me importaba: mi único deseo era plantarlo cuanto antes, sustraerme a su dominio, a su fascinación diabólica y absorbente.
Mis compañeros callaban y observaban.
El Doctor prosiguió.
- ¿Veis esos frascos? En ellos guardo el producto de mis experimentos, la comprobación de que el cerebro del hombre es un terrible foco de infección, porque precisamente de él han salido todas las miserias de la tierra, todas las maldades, todas las tiranías, todas las iniquidades humanas; él lo ha infestado todo pensando las cosas más absurdas, combinando mil disparates, atribuyéndose todo poder, tomándose como termino de parangón de cuanto existe y de cuanto no existe, caminando de desatino en desatino al pretender remediar con su alocada fantasía las miserias por él creadas, la fatiga cotidiana de tener que obedecer y bajar la cabeza para no ver más que el suelo y vivir siempre entre los mismos objetos y las mismas personas, sin llegar siquiera a entenderse con ellas. Vosotros sois para mí una cosa cualquiera, como el primer cachivache que encuentro a mano, desde el momento en que, como a él, os puedo manejar a mi antojo. Sí, todos sois iguales, con los mismos defectos y las mismas, virtudes. ¡Dios nos libre de las virtudes de los hombres!...
Y en ese momento, el doctor calló, pero luego advirtió.
-Sin embargo... ¿Quién puede negar una excepción?... Tal vez vuestro cerebro... Dejad que satisfaga una curiosidad... Necesito vuestro cerebro... El vuestro… pudiera ser...
Retrocedí asustado. Mis compañeros se miraron unos a otros sin decir palabra.
-No tengáis miedo. Es cosa de un momento. No padeceréis y recobraréis en seguida vuestro actual ser y estado. Ven aquí, tiéndete en esta cama. Así, ¡valiente! No temas. Te sometes voluntariamente, ¿no es cierto?
Contra mi voluntad, pero sin podérmelo explicar, obedecí a aquel verdugo científico. Él continuó mirándome y me cogió la cabeza entre las manos:
-No tengas miedo.
¡Tac! Sentí un golpe rápido: me había descubierto el cráneo con un bisturí. No padecía, en efecto. Oía su voz. Sentía sus manos. Por último, percibí una impresión de frío, y la sangre fue hielo en mis venas...
Entonces vi que se inclinaba hacia mí examinando con afán mi cerebro y que su rostro se contraía con expresión de cólera:
- ¡Todos lo mismo! ¡Todos la misma roña! ¡Es una maldición!... - gritó
Intente incorporarme. Imposible.
- ¿Qué haces? -rugió al darse cuenta de mi intento. - ¡Estúpido! ¡Cretino!
Permanecí inmóvil.
Me extrajo los ojos suavemente y cortó los nervios con un golpe brusco.
Quedé en tinieblas. Un sudor frío bañó todo mi cuerpo. Sentí un nudo en la garganta y no acerté a explicarme cómo yo podía pensar aún, por qué había de ser pasivamente juguete de aquel hombre que me descomponía a su antojo como a una máquina cualquiera, después de haberme atraído sagazmente a aquella carnicería.
Me acarició y me enjugó el sudor.
Después me dejó en paz, y repitió la misma operación con mis compañeros. Ninguno se opuso ni dijo una palabra.
De pronto nos vimos transformados: ya no éramos hombres, éramos buitres, nos sentíamos dotados de una ligereza especial, con un deseo de comunicarnos, de hablarnos sinceramente, con una necesidad de volar, de extender unas alas enormes por una inmensidad maravillosa... Ya no pensábamos; nos dejábamos llevar de nuevos sentidos más perfectos que se despertaban en nosotros bruscamente... Nos elevábamos a lo alto, muy alto, altísimos...
- ¡Que felicidad! Respirar aquel aire de libertad, atravesar la capa de plomo que pesa sobre nosotros oprimiendo nuestras cabezas... Desde allí arriba, nuestra carcasa se nos aparecía más miserable aún, abandonada en aquella habitación repugnante.
Por último, extendimos nuestras alas negras y puntiagudas; parecía que una voz interior nos gritaba:
<< ¡Adelante! ¡Adelante! ¡Siempre adelante! ¡No miréis atrás! ¡No bajéis la cabeza! ¡Adelante!>>
Pero el Doctor nos llamó con un gesto imperioso de tirano. Obedecimos y descendimos.
Me arrancó las alas, me acomodó los ojos en las órbitas, y después de coserme el cráneo me ayudó a levantarme y me dijo:
- ¡Mira! Tu cuerpo es una máquina, nada más que una máquina. Cuando tu espíritu le abandone te volverás un buitre, un ratón, un animal cualquiera... La modificación material no tiene importancia. Lo esencial está en el espíritu, y tu espíritu es una fuerza adaptable a cualquier motor, como el vapor o la electricidad... Ahora puedes irte.
Me acompañó hasta la puerta, y una vez allí, me miró con aire de compasión:
- ¡Todos sois iguales! -exclamó-Tu libertad está muy lejos. Sigue tu camino, y si alguien se interpone en él, piensa que puedes luchar con los dientes, que no sólo para comer el pan sirven...
FIN
*
Comentario
Muy bien, volvamos a la seguridad de nuestros hogares o lugares de trabajo desde donde escuchan a Tres Cuentos. Sólo podemos esperar que ningún científico loco en este momento esté realizando experimentos para transformar o destruir a la humanidad.
Lo cierto es que la autora española, Ángeles Vicente, escribió otras historias que podrían competir con algunas de las películas más apocalípticas que se ven estos días. Pero elegí "Buitres" porque, en cierto modo, sirve como transición de la Ciencia Ficción a lo que llega en septiembre, es decir "Latino América Fantástica".
Y cuando digo que es una transición, también me refiero a lo que va a pasar con el programa. Pero antes de develar más detalles, permítanme dedicar un par de minutos a la biografía de la autora de hoy.
*
Ángeles Vicente nació en Cartagena, España, en 1878, pero junto con su familia, se trasladó a vivir a Argentina en 1888, donde Vicente vivió por 18 años.
En Argentina Ángeles Vicente se casa con Cándido Elormendi, jefe de Policía de la provincia argentina de Formosa. La unión le permitió a Vicente viajar por toda la región de "El Chaco" y luego capturar sus experiencias en sus cuentos llamados "Cuadros Americanos", publicados en el periódico "El Imparcial", entre 1913 y 1915.
Un dato curioso de Vicente es que era masona. En un artículo publicado en 1901 en el periódico argentino "Caras y Caretas", se publicó una foto de Ángeles correspondiente a un informe sobre la primera logia Masona femenina, de la cual, al parecer, ella fue la fundadora.
Ángeles regresó a Europa en 1906 y vivió en Milán hasta principios de 1907. Desde esa ciudad italiana es que Vicente escribe tres cartas a don Miguel el Unamuno, el autor que presentamos en el episodio 40.
Más tarde en el mismo año, Vicente se traslada a Madrid y comienza a escribir para periódicos y revistas. Hasta que publica su primera novela, "Teresilla", la cual refleja la predilección de la autora por la lectura, la música, su iniciación en el espiritismo y los derechos de la mujer.
De 1907 a 1910, Vicente publica otra novela, Zezé, muy controversial en su momento, y dos libros de cuentos, Buitres y Sombras: historias psíquicas. Las dos colecciones de cuentos reflejan la fascinación de la escritora por la ciencia ficción, la fantasía y el espiritismo.
En 1916, Ángeles Vicente regresa viuda a la Argentina, como consta en sus documentos de entrada de inmigración. En el país sudamericano, Vicente colabora con otros periódicos argentinos hasta principios de 1920. Sin embargo, poco después del cambio de década, el rastro de Ángeles Vicente se enfría.
Me pregunto si su desaparición tuvo algo que ver con las ciencias ocultas que parecían fascinarla, recordemos que había sido masona. Entonces, ¿Será que su espíritu se liberó y voló como un buitre? ¿o será que encontró un portal a otra dimensión? Nunca lo sabremos.
*
Bueno, es hora de revelar cómo cambiará Tres Cuentos. Para que entendiendan las razones del futuro cambio, compartiré un poco acerca de nuestra historia.
Tres Cuentos inició el 2018 como un esfuerzo para promover y mostrar las narrativas tradicionales de América Latina. Si revisan las primeras seis temporadas – es decir, los primeros 18 episodios – cubrimos desde el folclore popular hasta la mitología, la ficción histórica e incluso tuvimos una temporada de Cuentos para Niños.
Pero en el 2019 las cosas cambian. Durante ese año, el programa recibió dos becas nacionales de Alternate Roots y NALAC, (la Asociación Nacional para las Artes y Culturas Latinas), para desarrollar cuatro temporadas, es decir, 12 episodios sobre la Literatura e Historia Latinoamericana.
Del 30 de julio al 28 de agosto del mismo año, lanzamos la primera temporada bajo ambas becas, llamada autores latinos. Honestamente, yo no esperaba un cambio en las descargas de los episodios. Pero estaba equivocada. Después de publicar el último episodio de esa temporada, volví a Colombia para visitar a mi familia. Cuando regresé a los Estados Unidos, no pude ocuparme del programa porque nos estábamos mudando de Texas a Georgia.
La mudanza nos llevó casi tres meses. Vivimos como gitanos en tantos lugares, pero les ahorraré los detalles. Luego, en octubre, cuando reviso los números del podcast, me quedé atónita. Los episodios de la última temporada también se disparan. Un par de episodios alcanzaron las 3000 descargas. Pensé que me habían hackeado. Después de comprobar y recomprobar, me di cuenta de que presentar piezas de literatura era lo que la audiencia quería. Las siguientes tres temporadas confirmaron mis sospechas; a todos los episodios les fue igual de bien.
Entonces, ¿por qué estamos haciendo cambios, si la formula parece funcionar? Bueno, lo que pasa es que he estado por más de tres años he sido yo quien se encarga de todos los aspectos de la producción del podcast. Para empeorar las cosas, me puse un poco ambiciosa con el segmento de los comentarios, y con el tiempo desarrollarlo se hizo una tarea agotadora, mucha investigación y mucha escritura.
Para el 2020, todavía estoy enamorada de lo que hago, pero también estoy cansándome, es demasiado, y concluyo que necesito hacer un cambio o “apague y vámonos”.
Afortunadamente, el mismo año Tres Cuentos es seleccionado por el PRX-Google Programa de Creadores de Podcast, para cursar una intensa capacitación de dos meses y medio. Sin embargo, debido a que estábamos en la última cohorte o grupo, tuvimos que esperar hasta el verano de 2021 para iniciar el curso y explorar los cambios que el programa necesitaba.
El programa de capacitación fue una bendición, pero también fue mucho trabajo. Los ejercicios nos llevaron a reflexionar sobre cómo y por qué el programa necesitaba cambiar su modus operandi. Nos dimos cuenta de que el equipo necesitaba crecer, así que ahora somos cuatro, Don Hymel, Leo Quiroga, Alexa Jeffres y yo. Para aquellos que han escuchado los episodios en inglés, espero que el nombre de Alexa les suene conocido, porque ella colaboró con nosotros la temporada pasada. Después de eso, la invité a unirse al equipo como traductora, y me complace decir que ella aceptó.
Sin embargo, esos fueron los cambios fáciles. Como mencioné, por mucho tiempo yo estaba haciendo el trabajo pesado, en parte porque era la única persona bilingüe, Don Hymel solo habla inglés, y además yo tengo conocimientos en edición de audio, diseño gráfico y administración web. Entonces, después de detallar la producción del podcast en un flujo de trabajo como parte de uno de los ejercicios de la capacitación de PRX-Google, la realidad me golpeó. El programa se había convertido en un gigante, y yo sólo solo mido un metro cincuenta y nueve.
Entonces pensamos en hacer el programa solo en español. Luego consideramos deshacernos del comentario. Pero después de realizar una encuesta con nuestros oyentes, y estoy muy agradecida con quienes respondieron, porque nos ayudaron a ver la luz.
Como en la historia de Ángeles Vicente, vamos a transformar el programa en un formato que pueda volar, es decir más ligero de producir. El programa se quedará bilingüe, pero aligeraremos el comentario y cambiaremos el formato de las temporadas.
A partir de septiembre de este año, expandiremos el número cuentos por temporada, y los episodios contendrán la narración y los datos biográficos del autor o la cultura en cuestión.
Esto quiere decir que una temporada puede tener tantos episodios como queramos, y que el comentario o análisis quedará en remojo. Durante el otoño estaremos trabajando en un proyecto piloto que le dará otro formato al comentario, y sobre el cual ustedes podrán dar su opinión si están subscritos a la lista de correos del podcast.
Nuestro objetivo es aligerar el programa e invitar a la audiencia a reflexionar más sobre las historias y a participar. Además, durante cada temporada estaremos lanzando episodios semanalmente, los miércoles en español y jueves en inglés.
Y eso no es todo. Hay un último cambio: nuestro nombre. Después de mucha consideración, decidimos que el programa ha evolucionado bastante desde 2018, y Tres Cuentos ya no refleja lo que somos y hacia dónde nos dirigimos. Por lo tanto, el nombre va a cambiar. Pero no se preocupen esto sucederá de forma paulatina. Mientras tanto, durante el otoño de este año, afinaremos detalles y planearemos el relanzamiento del podcast en el 2022.
Y claro está, no estaríamos donde estamos si no fuera por ustedes que han escuchado y compartido los episodios, por sus amables comentarios y sugerencias. Y porque sabemos que aprecian el programa, queremos que sea cada vez mejor.
Entonces, este será el último episodio presentado en el formato antiguo. Les agradecemos a todos ustedes su paciencia, aliento, sugerencias. Por favor, no duden en seguir escribiéndonos, haciéndonos saber cómo les gustan los cambios.
*
Así que, sin más preámbulos, estoy muy contenta de presentar una entrevista realizada en mayo con la Dra. Andrea Bell, coeditora del libro Cosmos Latinos, publicado por Wesleyan University Press.
Curiosamente la Dra. Bell se encontró con la ciencia ficción latinoamericana, en el mismo lugar dónde Ángeles Vicente so volvió masona, en Buenos Aires.
Derecha: Libro Cosmos Latinos. Izquierda: PhD. Andrea Bell
*
Carolina: ¿Cómo llegaste a la ciencia ficción latinoamericana?
Carolina yo soy profesora de español entonces en la escuela graduada tuve que leer mucha literatura de lengua española entonces cuando empecé mi carrera intenté combinar mi trayectoria profesional con mi lectura personal, me gustaba la ciencia ficción entre muchos otros géneros, entonces no sabía si había mucha ciencia ficción escrita en lengua española.
Viajé primero a Buenos Aires luego a Chile, con el apoyo de mi universidad, empecé a fisgonear en las librerías de la capital, pero no encontré mucho, la verdad es que me enseñaban traducciones de los autores más consagrados de la tradición anglosajona nombres como Isaac Asimov, Ray Bradbury, Arthur C. Clarke, Phillip K Dick, (…) y no encontraba mucho que fuera de escritores regionales. Pero luego un día de suerte estaba caminando buscando en una galería comercial entré en una tienda donde vendían comics, y ahí vi un anuncio muy pequeño pegado al colchón, no al fondo de la tienda anunciando la reunión semanal del club de ciencia ficción de Buenos Aires, no me acuerdo si era el nombre preciso, pero en un bar los viernes por la noche… así que esa fue mi forma de descubrir y de entrar en lo que era la comunidad de lectores, de escritores, aficionados a la ciencia ficción por lo menos en una parte de Buenos Aires y por medio de esos contactos, ellos me pusieron en contacto con otros aficionados otros clubes nacionales, y bueno desde ahí he ido cultivando estos contactos y aprendiendo muchísimo sobre el género.
Carolina: ¿Y eso fue hace cuánto años?
AB: Eso fue en los años noventa.
Carolina: ¿Y cuántos libros compraste?
Andrea Bell: (Risas) Bueno fue el primero de muchos viajes cuando los que regresaba con las maletas llenas.
Carolina: Quería preguntarte sobre tu libro Cosmos Latino, sobre los autores que seleccionaron aquí, ¿cómo fue el proceso? ¿cuánto duro el proceso, de que autores te enamoraste?
Andrea Bell: El proceso fue largo y un poquito difícil pero lo hice en colaboración con Yolanda Molina Gavilán con quien he trabajado para sacar ya tres libros, y este fue el primero y habíamos decidido sacar como una muestra de la ciencia ficción escrita o en España o en América Latina, y quería organizar los cuentos en parte de forma cronológica para así tener una representación de las distintas etapas, no en el desarrollo de una tradición cubana o una tradición argentina, porque difícilmente se puede hablar de tales cosas, pero de la producción del interés, los temas y también tratar en lo posible de representar al mayor número posible de países, de escritores, tenemos a mujeres, tanto como a hombres, y ya cubre un período de cien años, nueve países de todo tipo, a mí me gustan muchos de los cuentos bueno los he leído varias veces uno de mis favoritos es el que seleccionaste para tu programa Carolina: Mecanópolis. También el primero que leí que realmente me enamoré se titula: Ruido Gris, en la antología sale como: Grey Noise y es de un escritor mejicano: Pepe Rojo, y cuando leí ese cuento me quedé tan maravillada, tan fascinada y bueno pensé un día de estos voy a publicar un libro, y voy a meter este cuento porque tanto me gustó. Otro cuento que tal vez interese a tus oyentes a tu audiencia se titula: La Anunciación de Daína Chaviano, (The Anuntiation) que es un cuento que explora temas basados en la Biblia así que explora ese nexo cultural con el catolicismo con la fe pero también de la identidad de la mujer como una persona sexual, es de una escritora Daína Chaviano que tiene mucha sensibilidad por la herencia cultural del Caribe, y explora temas de magia, de la conexión entre generaciones entre el mundo de los fantasmas y el mundo de carne y hueso, así que es un ejemplo de una voz femenina que trabaja tanto temas de ciencia ficción, formatos, tropos de ciencia ficción, pero más últimamente su área de especialización es la exploración del lado oscuro u oculto de la tradición caribeña, no sé si me explico pero es una recomendación y para empezar se podrían leer su cuento en Cosmos Latinos.
Carolina: Genial, genial, estoy segura de que más de uno va a llegar… va a ser una de las primeras lecturas cuando tengan el libro en las manos. Creo que tienes otro libro que va a salir este año.
Andrea Bell: Sí, se llama en español: Consecuencias Naturales, la traducción del título en inglés:
Natural Consequences, otra colaboración con Yolanda. La autora se llama Elia Barceló, y es una escritora española. Y la novela es genial, realmente es una lectura que no la puedes dejar por lo interesante que son los personajes, trata el tema de un hombre que tras un encuentro sexual con un extraterrestre, el hombre queda en cinta, así que la novela explora cuestiones de identidad de género, de los derechos que uno tiene sobre su función reproductiva, el encuentro cultural entre estas dos especies, cuestiones de comunicación porque se emplea un español no binario, que fue sumamente interesante en el momento de traducir, y tiene un sentido de humor bastante mordaz (así se dice?...) así que esa novela va a salir en inglés este año (Natural Consequences), pero ya está a la venta en español porque salió publicado hace 25 años, así que sacaron una segunda edición el año pasado, Consecuencias Naturales.
Carolina: Bueno tendremos que ir a comprarlo.
*
Ya saben amigos y amigas, si quieren iniciarse en la ciencia ficción latinoamericana traducida al inglés un bueno libro que sirve como abrebocas es Cosmos Latinos, y confieso que he quedado picada con el resumen del libro Consecuencias Naturales, escrito por Elia Barceló. La idea de que un hombre quede en embarazo me parece una buena lectura para reírme un rato.
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Ha llegado la hora de concluir el programa. Volveremos en septiembre, para celebrar el Mes de la Herencia Hispana con una temporada de nueve semanas dedicada a “Latinoamérica Fantástica.” Recuerden visitar nuestra página web www.trescuentos.com y suscribirse a nuestra lista de correos. Hasta el siguiente cuento, adiós, adiós.
Bibliografía
Los Buitres por Ángeles Vicente. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2017. Madrid, Librería de Pueyo, [1908]. URL del PDF: http://www.cervantesvirtual.com/obra/-los-buitres-847191/
Biografía de Ángeles Vicente según la Real Academia de la Historia. URL: https://dbe.rah.es/biografias/angeles-vicente-garcia
Música
Landing - Godmode
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x3nus__the-vortex
infinita08__nightmare
Pablo - The Mini Vandals
Worse - The Tower of Light
Voices in My Head - Quincas Moreira
szegvari__forest-jungle-nature-dark-atmo
Fear The Wind - Sir Cubworth
Voices - Patrick Patrikios
The Shining in Dubai - Unicorn Heads
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